El Lado Oscuro de la Luna: septiembre 2006

Todos sabemos que el año tiene 365 días. Pero solamente nos damos cuenta que ha pasado un año en determinadas fechas de referencia: cumpleaños, año nuevo, navidad, fechas históricas, aniversarios de matrimonio, pololeo, etc, etc, etc.
Hoy me he dado cuenta que ha pasado un año desde que perdí a mi abuelo...y me parece que fue ayer la última vez que escuché su voz.
El miércoles 14 de septiembre de 2005, a las 15:30 horas se fue a un lugar mejor (con lo que hacemos con nuestro mundo cualquier lugar es mejor que éste, no?). Recuerdo como si fuera ayer cuando me llamaron para avisarme que él ya había fallecido. Iba en un bus... y no alcance a llegar. Recuerdo que lloraba desconsoladamente hasta que mis lagrimas fueron tan saladas que ardían sobre mi cara. Recuerdo que llegó un momento en el que ya no tenia liquido en mi cuerpo que se pudiera transformar en lagrimas. Ahora, con la mente un poco mas clara puedo recordar la complicación de las personas que estaban en los asientos cercanos, pues no sabían que decirme. Recuerdo que el bus paró y compre agua mineral. No se si fue sugestión o algo por el estilo, pero después de beber pude seguir llorando. Lo mas extraño fue cuando encendí un cigarrillo: sentí como si me dieran una gran patada. Tal vez era el que me estaba dando un escarmiento por andar fumando.
Desde ese momento cada vez que enciendo un cigarro siento esa patadita. O tirón de orejas. O simplemente una voz que me aconseja para que no lo haga. Creo que ya se ha acostumbrado a mi vicio.
Pero no lo siento solamente cuando enciendo un cigarro. En realidad se que esta presente todo el día. Tal vez esa voz es imaginaria (o tal vez no, quien sabe?) tal vez no ande como un ángel guardian detrás mio y del resto de las personas que él amaba. Pero si está presente: En mi forma de ver el mundo, en mi forma de relacionarme con los demás, y principalmente en la forma de ser generoso, de compartir y de preocuparme por mis amigos.
Si, porque de eso si que sabia, y por eso amigos le sobraban.
Constitución es un pueblo pequeño, en el que todo se sabe en un rato. Cuando mi abuelo murió me gusta pensar que ese pequeño pueblo se paralizó.
Recuerdo haber ido al banco el día jueves a realizar un poco de gimnasia bancaria. Cuando entre había personas que comentaban sobre la muerte de mi abuelo y muchas se acercaron a entregarme sus condolencias. En la calle era lo mismo. Luego fui con mi primo a comprar una corbata negra y la situación se repetía Donde quiere que iba era lo mismo.
No es por agrandar la historia, pero las florerías (es un pueblo chico pero hay mas de 7) se quedaron sin flores. Mi abuelo quiso pasar esos últimos momentos antes que lo sepultáramos en su casa. No se como se las arreglaron entre mi madre y mi tía para ubicar tantas flores. Al entrar a casa se podía observar las flores mas bellas con sus perfumes frescos.
Desde que llegue a casa en pocas oportunidades me separe de su lado. En realidad no dormí hasta el 16 en la noche y tampoco comí nada hasta la cena de ese día
Puedo decir que mi tata estuvo solo en 2 momentos: entre las 4 y las 6 de la madrugada del 15 y el 16.En esos instantes era él y yo.
Era impresionante la cantidad de gente que llegaba, la cantidad de llamadas telefónicas Inclusos telegramas y faxes de sus amigos en el extranjero. Y su compadre que llegaba a las 6 de la mañana a acompañarme.
El día que lo enterramos mi padre tuvo que conseguir dos buses para llevar a la gente que no tenia vehículo, o que no cabía en los que había, hasta el parque.
Cuando vas saliendo de la iglesia, a la diestra de un ataúd, al lado de su cabeza, poco y nada te fijas en la gente que está ahí Solo te preocupas de no llorar mas de lo que haces y pensar en que lo que viene en unos minutos mas es lo peor que has hecho en tu vida.
El parque es otro cuento. La caravana de vehículos increíblemente larga. Tuve que ir antes de la misa a Carabineros a avisar a que hora sería para que pudieran coordinar el transito en las calles que van de la Parroquia a la salida de la ciudad.
En el parque no pude hablar. No pude decir nada. Creo que si me hubiese puesto a hablar no habría parado en al menos una hora...mínimo
Luego de eso mi familia se retiró del lugar hasta la entrada para dar los agradecimientos. Sin embargo yo me quede ahí, pues solo una persona de la familia podía quedarse a verificar los arreglos finales que hacen los encargados de la sepultura.
Y la gente, sus amigos, nuestros amigos, los conocidos, los clientes aun estaban ahí, esperándome Y las caras comenzaron a tomar forma. Y los abrazos fueron fuertes. Y las palabras de apoyo ayudaban. Entre abrazo y abrazo aparecía alguien que era especial para mi y rompía a llorar desconsoladamente otra vez: Recuerdo haber llorado mucho con mi Sensei, luego con mi compañero de curso y amigo Nelson Miño...luego con la Gloria, su ahijada, la única que estuvo con el desde que comenzó con su negocio familiar y hasta estos días
Luego de eso mucha gente de las zonas rurales cercanas que no se había enterado llegó a despedirse de él. Y cuando digo mucha es muuucha. Nunca ha faltado una flor en su lugar.
Es algo muy gratificante cuando llego al parque y encuentro flores que sé que no las ha llevado mi familia. Es muy lindo conversar con sus amigos o conocidos y saber algo nuevo de él.
Yo creía que conocía gran parte de la historia de mi abuelo, pero los días de su velorio conocí muchas mas, recordé otras tantas que creía olvidadas...y creo que aun me faltan un par de cientos de historias. Mientras estas existan, mientras pueda transmitir lo que él me enseño a los mios y a los que me rodean él siempre estará aquí.
A pasado un año ya, y él aun esta conmigo. Para siempre.

Etiquetas: Familia, Me and Myself, Mi Abuelo